1.- MANTEN UNA RUTINA. Esto incluye horarios de comidas, estudio y trabajo, respetando dichos horarios lo mejor posible. Por más pequeño que sea tu departamento trata de alimentarte en otro espacio que no sea el que elijas para trabajar.
2.- TEN ESPACIOS SEPARADOS. Elige un lugar específico, aunque sea pequeño, que tu cerebro asocie con tu jornada laboral. Puedes darle un toque personal para que sea agradable estar ahí.
3.- INFORMA TUS HORARIOS. Así podrás permanecer concentrado/a y evitarás interrupciones. Intenta fomentar el uso de los tiempos con los demás integrantes de tu grupo familiar.
4.- TOMA PEQUEÑOS RECESOS. Diez minutos son suficientes para darle un respiro a tu cerebro y así aumentar tu productividad. Puedes asomarte a una ventana o a la terraza, observar a tu alrededor y tomar un respiro.
5.- HAZ UNA LISTA DE TAREAS. Así te motivarás a cumplir tus propios objetivos y te ayudará a tener una jornada más organizada.